Las narrativas, como los conflictos, no son ni positivas ni negativas, pero la manera en que las presentamos, reproducimos, promovemos o silenciamos tiene un gran impacto en la promoción de la Paz o el fomento de la violencia.
Por otro lado, el poder es entendido, a menudo, como algo negativo, como una forma de dominación, pero también puede ser una fuerza positiva para personas y grupos que quieran transformar la realidad y las narrativas dominantes.
Aunque los conceptos son más complejos que en otras actividades, nos mantendremos fieles al enfoque de la Educación No Formal, e invitaremos a las personas participantes a experimentar y reflexionar, individual y grupalmente.
· Debatir sobre la importancia de las narrativas y como transformarlas.
· Identificar diversas expresiones del poder.
· Fomentar el empoderamiento personal (poder en).
De 6 a 30 jóvenes (14-30 años).
Sillas para todas las personas participantes y 3 ó 4 extra.
Se puede vincular/adaptar a narrativas y dinámicas de poder específicas. Por ejemplo: violencia machista y estructuras heteropatriarcales.
Esta actividad forma parte de los talleres de Educación para la Paz (EpP), que se pueden llevar a cabo de manera aislada o como parte de un programa conjunto.